Perdóname Señor

Dios ve su relación con usted como algo muy importante. El deseo de Dios es que usted conozca su voluntad, y que usted sea obediente a él, porque él conoce lo que usted necesita. Cuando estamos alejados de él, y cuando estamos fuera de su voluntad, las cosas no van muy bien. Perdemos el sentido de dirección, y nos vamos por el mal camino. Esto era algo muy común con el pueblo de Israel. Dios veía, y aun ve, su relación con Israel como algo de importancia. Ama al pueblo de Israel como un padre ama a un hijo. Cuando el hijo (Israel) pecaba contra Dios, Dios los castigaba, pero siempre demostraba su amor hacia ellos.

De igual manera, aquellos que han reconocido a Jesús como su Señor y Salvador, somos hijos de Dios (Juan 1:12), y cuando pecamos contra él, hay consecuencias si no nos arrepentimos, pero hay esperanza cuando confesamos nuestros pecados a él (1 Juan 1:9).

Cuando pecamos contra Dios, nuestra actitud debe de ser como la del rey David en el Salmo 51. Clamar a nuestro Dios con humildad, arrepentimiento, quebrantamiento, sinceridad, transparencia, integridad, y tomar responsabilidad por nuestras acciones contra nuestro Padre Celestial.

Tome tiempo este día para meditar en el Salmo 51 y tome tiempo para decirle a Dios, “Perdóname Señor.” Recuerde la promesa del siguiente pasaje de la Biblia:

(Isaías 57:15 NTV) El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.